30/6/16

Proyecto iNFOTUT-2.0 #CongresoSEP2016

Desde el cuaderno digital compartido a una intervención educativa personalizada.


El centro principal de atención de la educación debe ser el alumno/a. Se trata de dar un servicio de calidad para que todo el alumnado desarrolle todo su potencial. Para eso es necesario una cultura de mejora continua, es decir, una cultura de autoevaluación de nuestra actividad de forma colaborativa para lograr ser eficientes en un marco de escuela inclusiva.
El proyecto iNFOTUT-2.0 pretende dotar al profesorado de un método y una herramienta que permita un diagnóstico eficaz, rápido y fiable, utilizando todos los datos de todos los profesores sobre cada alumno/a, para poder investigar al alumnado y hacerle una intervención personalizada. Se pretende fomentar en los centros la cultura de medir lo que se hace, para poder gestionar mejor la intervención educativa. En este artículo se explica la experiencia obtenida con el proyecto iNFOTUT-2.0 en un centro público de secundaria del País Vasco.
Utilizando una hoja de cálculo compartida entre todo el profesorado de cada clase, el proyecto iNFOTUT-2.0 busca mejorar la intervención educativa a cada alumno/a y la metodología en la clase, por medio de estas tres líneas de estudio:
  • Estudiar las diferentes variables (actitud, trabajo en clase, deberes, relaciones, horas de estudio) y su correlación con los resultados académicos.
  • Estudiar la variación de los resultados para una pronta detección de posibles problemas que permitan una eficaz intervención educativa.
  • Conocer el número de intervenciones que recibe el alumnado en cada una de las áreas de Golden5.
Esta herramienta iNFOTUT-2.0 conecta los cuadernos digitales de cada profesor de una clase, con el fin de lograr informes personalizados de cada alumno en todas sus asignaturas y variables, anteriormente mencionadas, que inciden en los resultados académicos.
Con esta herramienta conseguimos que los tutores estén informados en todo momento, pudiendo mejorar así su función tutorial con alumnos y familias. Además se optimizan las reuniones del profesorado, como las sesiones de evaluación, evitando que sean una mera transmisión de notas y posibilitando la reflexión colectiva en la búsqueda de la mejor respuesta educativa a cada alumno. En definitiva, se pretende personalizar la educación, a través de la investigación-acción. 

Xabier Mendoza Michelena

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